WhatsApp ya permite enviar fotografías o vídeos que desaparecen de los chats nada más ser abiertos y vistos por el contacto que los recibe, una función que incrementa la privacidad en la plataforma, pero que expone a situaciones de riesgo como la extorsión.
Las fotos y los vídeos efímeros que únicamente tienen la posibilidad de verse una vez ya permanecen accesibles en WhatsApp tras hacer su aparición con anterioridad en plataformas como Instagram, Snapchat o Telegram, y se enfoca en los contenidos más propensos que el cliente desee compartir con determinados contactos, ejemplificando, una foto del DNI si hace falta para una reserva en grupo, o de las credenciales (usuario y contraseña) para conectarse a una red WiFi.
WhatsApp garantiza que la ‘Visualización exclusiva’, que es como se denomina esta manera de mensaje temporal, da al cliente más grande control sobre su privacidad.
‘Sextorsión’ y ‘grooming’
Aquel contacto puede crear un parentesco de confianza, que puede llevar al menor a compartir con el maduro su número de teléfono para continuar la charla en WhatsApp, donde empieza el acoso, que puede integrar pedidos de contenido de tipo sexual.
La víctima puede tener una falsa sensación de estabilidad una vez que envía este contenido utilizando funcionalidades como la de WhatsApp, al creer que el contenido delicado desaparece cuando el destinatario lo abre y lo ve.
El fundamento del delito de sextorsión es el chantaje; el cibercriminal amenaza a la víctima con compartir los archivos privados a sus contactos o de forma pública y pide a cambio dinero o favores como el enviar más contenido íntimo.
Fuente: eitb.eus