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Linux: 30 años del sistema operativo que rompió todos los secretos

Un correspondencia electrónico o algo parecido, tal vez un foro ―porque hace 30 años dichos servicios poco se parecían a los de hoy―, tuvo la culpa del origen de Linux. El 25 de agosto de 1991, un aún desconocido alumno finlandés de informática, Linus Torvalds, publicaba el siguiente mensaje en un conjunto del sistema operativo Minix: “Hola a todos. Estoy desarrollando un programa gratuito para conjuntos 386 y 486. Me agradaría recibir feedback de las cosas que os gustan o no de Minix, ya que mi sistema operativo se le parece en ciertos puntos”. 3 décadas luego, ese embrión de programa se ha extendido por el planeta convertido en signo de la tecnología abierta y pertenece a las tripas de los dispositivos y sistemas más exitosos, como los teléfonos con Android o la nube de Amazon.

Al conjunto al que redactó Torvalds podía suscribirse cualquier cliente que, al conectarse, recibía dicha especie de correspondencia o nueva ingreso en un foro. El alumno de informática estaba haciendo un trabajo en el núcleo de un nuevo programa pues Minix era incompatible con el ordenador 386 que finaliza de comprarse, empero necesitaba el apoyo de más desarrolladores. El código independiente, la publicación de las tripas de dichos programas, no era justamente tendencia en la zona. Los sistemas del instante, como MS-DOS de Microsoft (estándar en PC), Unix (distribuido entre universidades estadounidenses) y Minix, guardaban bajo llave sus secretos. Ambos últimos permitían ver el código fuente, sin embargo no modificarlo ni mucho menos distribuirlo.

Torvalds estimuló la creatividad de la sociedad. Enseguida recibió comentarios, propuestas, líneas de código y una infinidad de iniciativas para confeccionar un nuevo sistema operativo. Linux empezó a servir de verdad para el cliente una vez que la sociedad metió bases de datos o espacios gráficos”, rigurosa.

El desplazamiento de programa independiente, fundado por Richard Stallman y del que nació, ejemplificando, el compilador GNU, veía el fruto del trabajo llevado a cabo a lo largo de los ochenta. Linux comenzaba una totalmente nueva era informática, basada en la participación entre usuarios y el código abierto. Una filosofía determinante en la consolidación del plan al permitir que un inventor adaptara una interfaz gráfica dispuesta en ventanas —llamada Sistema de Ventanas X y parecido a Windows—. Comenta José Luis Vázquez-Poletti, director de la oficina de programa independiente y tecnologías abiertas de la Universidad Complutense de Madrid, que aquí arribó el aumento exponencial. Al ser código abierto, alguien otorgó con la tecla.

Torvalds y Andrew S. Tanenbaum, autor de Minix y conocido como el papá de los sistemas operativos, diferían en cómo desarrollar esta clase de programas.

Linux jamás ha podido triunfar la lucha de los computadoras particulares. Alternativos y defensores del código abierto contra la imposición de la industria. Se inventaron hasta juegos en los cuales el pingüino Tux, signo de Linux, lanzaba tartas a la cara de Bill Gates, fundador de Microsoft.

Torvalds pensó que podría ser buena iniciativa jugar con el sentido del vocablo inglesa free (gratuito y libertad). Resumía correctamente las propiedades del sistema operativo. No obstante, los primeros disquetes donde guardó el programa, los monumentales de 5 y cuarto, iban con una etiqueta que ponía freaks. El administrador tomó la decisión de bautizarlos como Linux.

Fuente: elpais.com