El reciente encuentro Audi Summit for Progress, organizado por la compañía automovilística en Madrid, esboza cómo será la sociedad (y la movilidad) del mañana de la mano de algunas de las voces más brillantes del mundo. Sus argumentos coinciden: tecnología, diseño e innovación son indispensables.
Es imposible atisbar cómo será el futuro dentro de 10, 20 o 50 años. Los cambios son tan profundos que lo que hoy nos parece rompedor y novedoso puede quedar obsoleto en un suspiro. La incertidumbre, además, acogota nuestras vidas: la guerra en Ucrania asoma a Europa al abismo de la recesión, la crisis de la energía castiga a empresas y familias, el cambio climático avanza sin que se vislumbren soluciones eficaces… Es indudable que las noticias negativas se suceden a la velocidad de la luz pero, ¿por qué no resetear de actitud y ver el vaso medio lleno?
La innovación y el progreso han transformado (para bien) el mundo. La gente vive más y mejor que hace cien años. El analfabetismo ha caído en picado, al igual que la mortalidad infantil. La electricidad y la conexión a internet llegan cada vez a más hogares. El hombre ha sido capaz de enviar una sonda a los confines del universo conocido. Un puñado de avances positivos que han sido posible gracias a un elemento en común: la tecnología. La robótica, la impresión 3D, la automatización y la inteligencia artificial son algunos de los avances tecnológicos que están transformando la sociedad hacia un modelo sostenible.
Hoy, todos los ámbitos de nuestra actividad diaria (desde la alimentación al consumo, desde la moda al diseño) están inmersos en ese camino hacia la sostenibilidad. También la movilidad, crucial en un planeta globalizado en el que las fronteras se diluyen. “Pienso en la tecnología como si fuese una fuerza que toma todo lo que era escaso y lo vuelve abundante”, reflexiona Peter H. Diamandis, una especie de hombre del Renacimiento 4.0. Doctor en Medicina por Harvard, ingeniero, biólogo, fundador de más de una docena de empresas espaciales y de alta tecnología, y presidente de la X Prize Foundation y de Singularity University –por resumir su currículum en pocas líneas–, este gurú de la innovación y el progreso ha sido una de las estrellas invitadas a la primera edición del Audi Summit for Progress. Su lema, Ideas to start the future, ya es toda una declaración de intenciones.
El evento ha reunido recientemente en Madrid a 15 mentes privilegiadas de diferentes ámbitos profesionales, que han abarcado desde la inteligencia artificial (IA) a la gastronomía, el diseño, el retail y la automoción. Todos ellos han propuesto y debatido sobre ideas que están cambiando el futuro de la humanidad. El objetivo de este encuentro, impulsado por Audi España, es promover soluciones que permitan hacer realidad un mundo más sostenible, siempre con el foco puesto en las personas y procurando el bienestar de la sociedad. El resultado no ha podido ser mejor.
Un canto al optimismo
Sostiene el director general de Audi España, José Miguel Aparicio, que hoy más que nunca es necesario difundir que “el futuro puede ser optimista y lleno de soluciones” en un momento tan delicado como el actual, con grandes temores e inquietudes. En este punto, las empresas tienen mucho que aportar. “El propósito de Audi es dar forma a la movilidad premium del futuro, ayudar a construir un mundo descarbonizado y proporcionar soluciones que sean idóneas desde el punto de vista de la seguridad, del ejercicio de la libertad, de la movilidad”, añade Aparicio.
No es casualidad que la marca de automoción haya organizado un acto de estas características. Desde su creación hace más de cien años, el fabricante alemán ha apostado por la innovación tecnológica como palanca de avance. Esta misma filosofía es la que ha guiado este Audi Summit for Progress, que se ha centrado en el desarrollo de ideas transformadoras de impacto positivo.
Insiste Peter Diamandis, elegido en 2014 por la revista Fortune como uno de los 50 líderes más importantes del mundo, en que la combinación de diversas tecnologías contribuye, por un lado, a “reinventar nuestro mundo y hacer que sea bello y de alto rendimiento”, y a “satisfacer las necesidades de la Humanidad”, por otro. En su opinión, el gran reto pasa por cambiar de mentalidad. “Debemos entender que la tecnología es la gran fuerza que ha transformado un mundo lineal en un mundo exponencial. Una vez que visualizamos este potencial, podremos poner todo nuestro foco en ser verdaderos solucionadores de problemas”, argumenta. Por ejemplo, aplicándola en la detección inmediata de incendios forestales, o para revertir el envejecimiento biológico.
Ese futuro no tan lejano no puede entenderse sin la inteligencia artificial, que estará presente prácticamente en cualquier actividad humana. El sector de la movilidad será uno de los grandes beneficiados por esta tecnología, sostiene el máximo responsable del Instituto de Sistemas de IA de Eindhoven (Países Bajos), Carlo Van De Weijer. Afirma que el coche del mañana será conectado, autónomo, compartido y eléctrico, pero hay que ir todavía más allá. Y eso será posible gracias a la inteligencia artificial. Hoy, los humanos provocan el 95% de los accidentes de tráfico. “Si tenemos coches que pueden conducir de manera segura y mejor que las personas, ¿por qué no aplicar esa tecnología a todos los vehículos para evitar los siniestros? Esa movilidad que está por venir pasa por estos automóviles libres de accidentes, en los que la máquina se asegure que como humano, no cometas un error”, vaticina.
Movilidad contra el cambio climático
El desafío es mayúsculo para un sector, el de la automoción, que ya está inmerso en una profunda transformación. La sostenibilidad tiene mucho que ver en este proceso de cambio. La cruzada contra el calentamiento global conlleva desprenderse cuanto antes de la dependencia de las energías fósiles, como el petróleo y el gas. El vicepresidente senior de Audi, Henrik Wenders, ya ha avanzado que dentro de tres años todas sus fábricas serán neutras en carbono, y que a partir de 2026, todos los modelos que comercialicen serán eléctricos. “La tecnología es la llave que nos va a permitir descarbonizar el proceso de producción y, a través de la digitalización, dar forma a una movilidad neutra en emisiones de CO₂ que va a ser increíble en el futuro”, insiste.
La electrificación de la movilidad es imparable. La mayoría de la población ya está completamente persuadida de que va a dar el salto al vehículo eléctrico. Es solo cuestión de tiempo. Recuerda José Miguel Aparicio que, poco a poco, se incorporan infraestructuras de recarga eléctrica de alta potencia en ciudades y vías interurbanas, y crecen los incentivos para acceder a estos automóviles. “En las grandes ciudades, conducir estos coches es muy interesante desde el punto de vista de la movilidad, el aparcamiento y el acceso a determinadas áreas”, señala. Un ejemplo son las nuevas zonas de bajas emisiones en las ciudades de más de 50.000 habitantes, vetadas a los vehículos con motores de combustión.
El otro gran eje de movilidad sostenible, según el director general de Audi España, tiene que ver con el coche compartido, con fórmulas como el car sharing o el ride-hailing, que es el nombre técnico para referirse a fenómenos como el VTC (vehículo de transporte con conductor). “Pese a todo esto, no se han dejado de matricular coches. Hay una necesidad inherente y creciente en el ser humano relacionada con la movilidad”, destaca Aparicio. Este ingeniero, además, predica con el ejemplo. Conduce un modelo de la gama e-tron de Audi, dispone de un cargador eléctrico en su domicilio e inculca a sus tres hijas la importancia que supone el reciclaje y el uso respetuoso de los recursos.
Diseño y sostenibilidad como motor de progreso
Más allá de la movilidad, cualquier actividad del futuro de la humanidad se articulará a partir de estos mismos tres ejes: tecnología, innovación y respeto por el medio ambiente. Por ejemplo, para el chef Eneko Atxa, la gastronomía, si se gestiona de forma adecuada, puede servir como una herramienta para cambiar las mentes alrededor de la sostenibilidad y el futuro. La cofundadora de Cocunat y pionera del concepto toxic free, Sara Werner, opina que la llave para cambiar el mundo es el egoísmo altruista, en el sentido de que, si podemos modificar la forma en la que nos cuidamos y mirar hacia nosotros mismos, es posible también influir de forma positiva en la sociedad.
La reflexión sobre lo que viene (y cómo viene) salpica a todos los ámbitos. Por ejemplo, Inma Bermúdez, flamante Premio Nacional de Diseño 2022, tiene claro que su profesión es herramienta de progreso y acelerador del cambio. “Es necesario incorporar la mirada del diseño y la creatividad desde el primer momento, sumando a los diseñadores en puestos de poder e influencia. Los diseñadores tenemos que ofrecer productos sostenibles, pero, además, estéticos”, dice.
Ahora, tal y como afirma Aparicio, es el momento de acabar con los prejuicios en torno a nuestra sociedad y apostar por una sostenibilidad real. “Hay que romper con el tabú de que los españoles no tenemos conciencia medioambiental. Esto no es un tema de cuatro ecologistas, esto es una cuestión de la humanidad. La solución a todos los debates de sostenibilidad tiene que ser científica, alejada de ideologías y de sesgos”, remacha. Un mensaje que ha quedado claro en este Audi Summit for Progress.
Fuente: elpais