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Diseñan un transistor similar al cerebro que trata de imitar la inteligencia humana

Científicos han desarrollado un transistor sináptico inspirado en el cerebro humano, capaz de procesar y almacenar información de manera simultánea a temperatura ambiente.

Inspirándose en el cerebro humano, un equipo científico ha desarrollado un nuevo transistor sináptico capaz de ‘pensar’ a un nivel superior; el dispositivo puede procesar y almacenar información simultáneamente, igual que nuestro cerebro.

La descripción del transistor que trata de imitar la inteligencia humana y que funciona a temperatura ambiente, se publica en la revista Nature, en un artículo en el que los investigadores demuestran que el dispositivo va más allá de las simples tareas de aprendizaje automático para categorizar datos, y es capaz de realizar un aprendizaje asociativo.

Aunque estudios anteriores han aprovechado estrategias similares para desarrollar dispositivos informáticos parecidos al cerebro, esos transistores no pueden funcionar fuera de temperaturas criogénicas.

El nuevo modelo, en cambio, es estable a temperatura ambiente y además funciona a gran velocidad, consume muy poca energía y conserva la información almacenada incluso cuando se le retira la alimentación, “lo que lo hace ideal para aplicaciones del mundo real”.

La investigación está codirigida por Mark C. Hersam, de la Universidad de Northwestern, y por el español Pablo Jarillo-Herrero, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).

Los recientes avances en inteligencia artificial (IA) han motivado a los investigadores a desarrollar ordenadores que funcionen de forma más parecida al cerebro humano, recuerda un comunicado de Northwestern.

Durante varias décadas, apunta Hersam, el paradigma de la electrónica ha sido construirlo todo con transistores -semiconductores que rectifican y amplifican impulsos eléctricos- y utilizar la misma arquitectura de silicio.

Los sistemas informáticos digitales convencionales tienen unidades de procesamiento y almacenamiento separadas, lo que precisamente hace que las tareas intensivas en datos devoren grandes cantidades de energía.

En cambio, en el cerebro, explica Hersam, la memoria y el procesamiento de la información están ubicados en el mismo lugar y totalmente integrados, lo que se traduce en una eficiencia energética de órdenes de magnitud superiores. “Nuestro transistor sináptico logra de forma similar la funcionalidad concurrente de memoria y procesamiento de la información para imitar más fielmente al cerebro”.

Para lograrlo, el equipo exploró la física de los patrones de moiré, un tipo de diseño geométrico que surge cuando dos patrones se superponen en capas, y combinó dos tipos diferentes de materiales atómicamente finos: el grafeno bicapa y el nitruro de boro hexagonal.

Cuando se apilan materiales bidimensionales -como el grafeno-, surgen nuevas propiedades que no existen en una sola capa y cuando esas capas se retuercen para formar el efecto moiré es posible una sintonización sin precedentes de las propiedades electrónicas.

Fuente:gestion.pe