Conexión Tecnológica

La guerra por la música generada con IA sigue escalando: las grandes discográficas han demandado a Suno AI y Udio

  • Sony Music, Warner Music y Universal Music son algunas de los demandantes
  • Piden, entre otras cosas, una indemnización económica por daños y perjuicios

La Asociación de la Industria Discográfica de Estados Unidos (RIAA) ha demandado a Suno y Udio por infracción de derechos de autor. El escrito señala que las mencionadas compañías utilizaron décadas de material de diversos sellos discográficos para entrenar algoritmos de inteligencia artificial (IA) capaces de generar música sintética con potencial para “saturar el mercado”.

Sony Music, Warner Music y Universal Music, junto al resto de los demandantes nucleados en RIAA, dicen que existe la posibilidad de que los “sonidos generados por máquinas” acaben compitiendo con aquellos que fueron creados genuinamente. Esto también abarataría los costes de producción y, en última instancia, terminaría sofocando el trabajo de los artistas que representan.

Discográficas contra apps de música generativa

RIAA explica en su demanda, que se tramita en tribunales de Nueva York y Massachussets, que desarrollar y mantener en funcionamiento servicios como los de Suno y Udio requiere de una enorme cantidad de datos y que sus resultados perjudican a la música generada por humanos. Además, llaman a impedir que las compañías de IA generativa sigan “pisoteando” los derechos de autor.

Para sostener estas afirmaciones, la compañía ha presentado una serie de argumentos. Entre ellos encontramos los que aseguran que las voces de canciones generadas por Suno y Udio suenan igual que bandas o artistas como Bruce Springsteen, Lin-Manuel Miranda, Michael Jackson y ABBA. También ocurre con canciones como ‘All I Want For Christmas Is You’ de Mariah Carey y ‘I Get Around’ de The Beach Boys.

Esta no es la primera vez que vemos acciones legales de este estilo. Los demandados, por lo general, suelen ampararse en lo que en el estatuto del derecho de autor de Estados Unidos se conoce como fair use (algo que podríamos traducir como ‘uso justo’). RIAA explica que Suno y Udio no puede abrazar el fair use porque esta figura solo puede aplicarse en contadas ocasiones.

Las discográficas le han pedido a la justicia que aplique una orden judicial para evitar que las compañías alcanzadas por la demanda puedan seguir entrenando sus IA con contenidos protegidos por derechos de autor. Además, buscan una indemnización por daños y perjuicios de hasta 150.000 dólares (o una alternativa) por cada canción supuestamente utilizada sin permiso.

Mitch Glazier, presidente y CEO de RIAA, ha dicho que “la comunidad musical está comprometida con una visión de la IA que amplía y potencia la creatividad humana. A un mundo en el que la IA trabaje para nosotros, y no al revés”. En este sentido no ha dudado en afirmar que Suno y Udio ven las cosas de manera diferente por la forma en la que parece que han construido sus servicios.

Toca esperar para saber cómo evolucionará todo esto. La industria musical, recordemos, ha reaccionado a varios de los cambios tecnológicos que hemos experimentado en los últimos tiempos. Hace años surgieron preocupaciones relacionadas a los servicios P2P, después a los servicios de streaming, aunque aquí fueron las grandes ganadoras, y ahora es el turno de la IA generativa.

Suno y Udio son dos de las aplicaciones de música generativa más populares que existen. Permiten generar canciones con una impresionante calidad en cuestión de segundos. La mecánica detrás de estas es similar a la de los generadores de imágenes, que también se encuentran en medio de una encrucijada en términos legales. Se utilizan indicaciones textuales para generar canciones.

Una canción falsa de Drake y The Weeknd generada por IA se convirtió en un éxito a principios del año pasado. Parecía estar triunfando a nivel de reproducciones en diferentes servicios como YouTube, TikTok y Spotify. Sin embargo, la industria musical no tardó en tomar cartas en el asunto para tumbarla de casi cualquier lugar en el que se la podía encontrar. ¿El motivo? Derechos de autor.




Fuente: Xataca