Según fuentes internas de la empresa, Google se encuentra en un estado de “código rojo”, para afrontar el reto que suponen los recientes avances de ChatGPT.
Para seguir el ritmo de la rápida aceleración de los sistemas de IA generativa introducidos en los últimos meses, ha trascendido que la empresa ha reubicado varios departamentos internos para ayudar en el desarrollo y despliegue de nuevos productos de IA.
La continua amenaza que ChatGPT podría representar para los bienes y servicios clave de Google está en el centro de esta situación.
Desde su lanzamiento hace tres semanas, ChatGPT ha generado un gran interés en el ecosistema tecnológico mundial debido a las predicciones de que la tecnología tendrá un impacto significativo en una serie de diferentes verticales industriales.
Según las notas internas y el audio que ha podido conseguir el New York Times, el CEO Sundar Pichai parece estar a cargo de este rápido giro. Según personas con conocimiento directo de la situación, ha “trastocado” las operaciones de varios grupos de la firma para “reaccionar ante la amenaza” que supone ChatGPT.
Equipos de los departamentos de investigación, confianza y seguridad de Google, entre otros, han sido reasignados para ayudar a crear y entregar nuevos prototipos y productos de IA desde ahora hasta una importante conferencia que se prevé que Google organice en mayo, según el NYT.
Los empleados habrían recibido instrucciones para desarrollar productos de IA generativa similares a DALL-E de OpenAI, que se ha utilizado ampliamente para producir obras de arte y otras imágenes digitalizadas.
El NYT afirma que lo que denomina “gran ansiedad de Google” ante la posibilidad de competir con empresas más ágiles y pequeñas en el mercado de la inteligencia artificial es uno de los principales motores de este cambio.
La conclusión parece ser que Google, que ha invertido sustancialmente en tecnologías de IA, puede verse seriamente amenazado por la rápida expansión de ChatGPT y la aparición de nuevos e innovadores participantes en el mercado.
Esto parece obligar a Google a tomar una decisión crucial: capitalizar las tendencias actuales y empezar a producir prototipos, o arriesgarse a quedarse atrás en un sector que crece rápidamente.
Fuente: diarioti